Noticias Región del Maule: En medio de la pandemia, diversas jefas de hogar y pequeñas comerciantes maulinas han aprovechado el apoyo de este organismo gubernamental para ayudar a la población, generar nuevos negocios y aumentar sus ingresos en este período tan complejo para la economía global.
Tan solo en los últimos 2 años el Fondo de Solidaridad e Inversión Social, FOSIS, entregó unas 400 máquinas de coser a distintas mujeres y jefas de hogar de las 30 comunas de la Región del Maule, quienes también recibieron la capacitación respectiva para fortalecer y hacer crecer sus emprendimientos.
Hoy y en el contexto del flagelo sanitario y económico causado por el Coronavirus, el Director Regional de este organismo, Alejandro Muñoz, inició una campaña a través de redes sociales y medios de comunicación tendiente a que estas propias emprendedoras sean quienes se motiven y confeccionen las tan demandadas y escasas mascarillas para evitar el contagio y propagación de la pandemia, más aún cuando a partir de hoy su uso será obligatorio en ámbitos como el transporte público y privado.
“Por ello invitamos a estas y otras emprendedoras a ponerse manos a la obra para confeccionar mascarillas caseras que resultan útiles para evitar el contagio de esta enfermedad, sobre todo si incorporan tela TNT. Así estarán ayudando a la población y generando nuevos negocios en este período complejo. Algunas podrán regalarlas y otras cobrar un precio justo y razonable, según sea su motivación o aspiración”, sostuvo Muñoz.
VUELTA DE MANO
Y tan buen efecto surtió la iniciativa que de inmediato fueron varias las emprendedoras que respondieron al llamado y comenzaron a confeccionar sus mascarillas. Tal es el caso de la talquina Angélica Sánchez, quien dejó de lado los quehaceres de su taller de artesanías para abocarse únicamente a la elaboración de dichos elementos.
“Estoy haciendo y regalando mascarillas. No he querido cobrar porque considero que hoy me toca devolver la mano ya que antes la gente me respondió cada vez que estuve en ferias vendiendo mis artesanías. Coloqué un letrero y una cajita afuera de mi casa ya que estoy en cuarentena voluntaria y se han llevado todas las que he puesto. Estoy muy contenta porque he beneficiado a muchos adultos mayores de mi barrio que no tienen mayores recursos, a los recolectores de basura, a los barrenderos y en general a mucha gente y seguiré regalándolas porque considero que esta es una tremenda oportunidad para ayudar”, reconoció.
En tanto, en la ruralidad de la comuna de Pencahue, Nidia Vásquez también confecciona mascarillas caseras que posteriormente entrega a un familiar, quien a su vez las lleva hasta el CREA de Talca para comercializarlas. “En mi pueblo he regalado algunas y vendido otras, pero el grueso se va al CREA ya que hemos visto una oportunidad de negocio, aunque cobramos un precio muy bajo de 300 a 500 pesos para recuperar un tanto lo invertido y tener para costear los gastos que esto genera. Nos ha ido bien y estamos contentas de poder ayudar a la gente”, afirmó.
Caso similar es el de Marta Ibarra, de la comuna de Rauco, quien desde su taller de costuras está abocada únicamente a hacer y vender mascarillas. “Una vez terminadas se las entrego a mi ex marido, quien las vende en la plaza de Curicó. Como la cosa venía bastante complicada y debemos costear los gastos de nuestras hijas, nos coordinamos y yo las hago y él las vende y gracias a Dios nos ha ido bien, así es que a seguir con esto porque hoy las mascarillas se transformaron en algo de extrema necesidad”, selló.
Por todo lo anterior, la invitación queda extendida para que quienes tengan una máquina de coser en su hogar se sumen a esta cadena productiva y aporten a contrarrestar el déficit de mascarillas, más aún cuando todavía no llegamos al peak de la enfermedad, pudiendo asimismo encontrar una valiosa fuente de ingresos que aliviane los problemas económicos de miles de maulinos que ya han visto afectado su bolsillo a raíz de la coyuntura sanitaria.
Tan solo en los últimos 2 años el Fondo de Solidaridad e Inversión Social, FOSIS, entregó unas 400 máquinas de coser a distintas mujeres y jefas de hogar de las 30 comunas de la Región del Maule, quienes también recibieron la capacitación respectiva para fortalecer y hacer crecer sus emprendimientos.
Hoy y en el contexto del flagelo sanitario y económico causado por el Coronavirus, el Director Regional de este organismo, Alejandro Muñoz, inició una campaña a través de redes sociales y medios de comunicación tendiente a que estas propias emprendedoras sean quienes se motiven y confeccionen las tan demandadas y escasas mascarillas para evitar el contagio y propagación de la pandemia, más aún cuando a partir de hoy su uso será obligatorio en ámbitos como el transporte público y privado.
“Por ello invitamos a estas y otras emprendedoras a ponerse manos a la obra para confeccionar mascarillas caseras que resultan útiles para evitar el contagio de esta enfermedad, sobre todo si incorporan tela TNT. Así estarán ayudando a la población y generando nuevos negocios en este período complejo. Algunas podrán regalarlas y otras cobrar un precio justo y razonable, según sea su motivación o aspiración”, sostuvo Muñoz.
VUELTA DE MANO
Y tan buen efecto surtió la iniciativa que de inmediato fueron varias las emprendedoras que respondieron al llamado y comenzaron a confeccionar sus mascarillas. Tal es el caso de la talquina Angélica Sánchez, quien dejó de lado los quehaceres de su taller de artesanías para abocarse únicamente a la elaboración de dichos elementos.
“Estoy haciendo y regalando mascarillas. No he querido cobrar porque considero que hoy me toca devolver la mano ya que antes la gente me respondió cada vez que estuve en ferias vendiendo mis artesanías. Coloqué un letrero y una cajita afuera de mi casa ya que estoy en cuarentena voluntaria y se han llevado todas las que he puesto. Estoy muy contenta porque he beneficiado a muchos adultos mayores de mi barrio que no tienen mayores recursos, a los recolectores de basura, a los barrenderos y en general a mucha gente y seguiré regalándolas porque considero que esta es una tremenda oportunidad para ayudar”, reconoció.
En tanto, en la ruralidad de la comuna de Pencahue, Nidia Vásquez también confecciona mascarillas caseras que posteriormente entrega a un familiar, quien a su vez las lleva hasta el CREA de Talca para comercializarlas. “En mi pueblo he regalado algunas y vendido otras, pero el grueso se va al CREA ya que hemos visto una oportunidad de negocio, aunque cobramos un precio muy bajo de 300 a 500 pesos para recuperar un tanto lo invertido y tener para costear los gastos que esto genera. Nos ha ido bien y estamos contentas de poder ayudar a la gente”, afirmó.
Caso similar es el de Marta Ibarra, de la comuna de Rauco, quien desde su taller de costuras está abocada únicamente a hacer y vender mascarillas. “Una vez terminadas se las entrego a mi ex marido, quien las vende en la plaza de Curicó. Como la cosa venía bastante complicada y debemos costear los gastos de nuestras hijas, nos coordinamos y yo las hago y él las vende y gracias a Dios nos ha ido bien, así es que a seguir con esto porque hoy las mascarillas se transformaron en algo de extrema necesidad”, selló.
Por todo lo anterior, la invitación queda extendida para que quienes tengan una máquina de coser en su hogar se sumen a esta cadena productiva y aporten a contrarrestar el déficit de mascarillas, más aún cuando todavía no llegamos al peak de la enfermedad, pudiendo asimismo encontrar una valiosa fuente de ingresos que aliviane los problemas económicos de miles de maulinos que ya han visto afectado su bolsillo a raíz de la coyuntura sanitaria.
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