Noticias Región del Maule: Lo ocurrido en Molina, donde las llamas están activas hace más de un mes y han devastado el ecosistema, traerá consecuencias irreversibles si no se toman las medidas adecuadas. Según los académicos de la UCM, Ricardo Castro y Estrella Garrido, el daño que se produjo lo observaremos en la agricultura regional, debido a la disminución de la productividad del suelo y las precipitaciones.
Expertos aseguran que el suelo es un recurso natural esencial para mantener la vida en el planeta, pero qué sucede con él cuando ocurren catástrofes como el incendio forestal de Molina, que lleva activo más de un mes y ha devastado unas 13 mil hectáreas.
Según explicó el académico de la Escuela de Agronomía de la Universidad Católica del Maule (UCM), Dr. Ricardo Castro, cada componente vivo del suelo cumple un rol determinado y difícilmente puede reemplazarse. “Un incendio forestal con las características del ocurrido en Molina-Curicó, que ha arrasado suelos muy secos y con abundante acumulación de materia orgánica combustible, puede ocasionar importantes disturbios en las poblaciones del suelo, las cuales tendrán una lenta recuperación que demoraría entre 5 a 10 años bajo condiciones favorables”, dijo.
Condiciones favorables que no se presentan actualmente, debido a la sequía, actividades agrícolas, forestales y mineras que siguen explotando el territorio. El experto de la UCM mencionó que esta lentitud en el proceso de recolonización de los organismos del suelo, afectará desde la infiltración del agua en el suelo, hasta el reciclaje de elementos nutritivos y el control poblacional de plagas. “Lo preocupante es que solo podrían recuperarse algunas especies y no todas las existentes previo al incendio”, comentó.
En este sentido la Dra. Estrella Garrido agregó que “Toda quema del suelo, ya sea por prácticas agrícolas no sostenibles o por incendios como es el caso, provocan una reducción de la materia orgánica en este recurso, disminuyendo su calidad, además se incrementan las emisiones de CO2 que dañan el ambiente debido al calentamiento global y afectan a la población del sector contaminando con material particulado el aire que respiran”, explicó.
¿Se puede revertir el daño?
Ante este escenario, el académico aclaró que la única manera de revertir el daño ocasionado en el ecosistema es reforestar los suelos con alta diversidad de especies nativas. Recomendó mantener cortavientos eficientes en los predios forestales aledaños al bosque nativo, prohibiendo la plantación de especies forestales combustibles y altamente demandantes de agua.
Junto con ello, cree que es igual de importante promover estrategias de explotación agrícola y forestal a nivel de cuencas hidrográficas. Sugirió, además, no acumular hojarasca, leña, pasto o cualquier combustible seco cerca de las casas, “Hay que aislar la casa mediante cortafuegos de mínimo 5 metros o mediante cortafuegos vivos en el cual se utilizan especies vegetales que retardan la combustión, además de protegerse del excesivo calor y el humo”, sostuvo el Dr. Ricardo Castro, docente de la UCM.
Daño en la agricultura
Para el experto en agroecología, una reducción importante de la superficie de bosques agravará la crisis hídrica actual, contribuyendo progresivamente a la disminución de las precipitaciones, “A esto se suma que la pérdida de biodiversidad y hábitat, podría desencadenar explosiones poblacionales de organismos considerados plagas, reduciendo la calidad y aceptabilidad internacional de los productos agrícolas, aumentando los costos de producción para el agricultor y generando contaminación debido al uso indiscriminado de plaguicidas”, puntualizó.
Expertos aseguran que el suelo es un recurso natural esencial para mantener la vida en el planeta, pero qué sucede con él cuando ocurren catástrofes como el incendio forestal de Molina, que lleva activo más de un mes y ha devastado unas 13 mil hectáreas.
Según explicó el académico de la Escuela de Agronomía de la Universidad Católica del Maule (UCM), Dr. Ricardo Castro, cada componente vivo del suelo cumple un rol determinado y difícilmente puede reemplazarse. “Un incendio forestal con las características del ocurrido en Molina-Curicó, que ha arrasado suelos muy secos y con abundante acumulación de materia orgánica combustible, puede ocasionar importantes disturbios en las poblaciones del suelo, las cuales tendrán una lenta recuperación que demoraría entre 5 a 10 años bajo condiciones favorables”, dijo.
Condiciones favorables que no se presentan actualmente, debido a la sequía, actividades agrícolas, forestales y mineras que siguen explotando el territorio. El experto de la UCM mencionó que esta lentitud en el proceso de recolonización de los organismos del suelo, afectará desde la infiltración del agua en el suelo, hasta el reciclaje de elementos nutritivos y el control poblacional de plagas. “Lo preocupante es que solo podrían recuperarse algunas especies y no todas las existentes previo al incendio”, comentó.
En este sentido la Dra. Estrella Garrido agregó que “Toda quema del suelo, ya sea por prácticas agrícolas no sostenibles o por incendios como es el caso, provocan una reducción de la materia orgánica en este recurso, disminuyendo su calidad, además se incrementan las emisiones de CO2 que dañan el ambiente debido al calentamiento global y afectan a la población del sector contaminando con material particulado el aire que respiran”, explicó.
¿Se puede revertir el daño?
Ante este escenario, el académico aclaró que la única manera de revertir el daño ocasionado en el ecosistema es reforestar los suelos con alta diversidad de especies nativas. Recomendó mantener cortavientos eficientes en los predios forestales aledaños al bosque nativo, prohibiendo la plantación de especies forestales combustibles y altamente demandantes de agua.
Junto con ello, cree que es igual de importante promover estrategias de explotación agrícola y forestal a nivel de cuencas hidrográficas. Sugirió, además, no acumular hojarasca, leña, pasto o cualquier combustible seco cerca de las casas, “Hay que aislar la casa mediante cortafuegos de mínimo 5 metros o mediante cortafuegos vivos en el cual se utilizan especies vegetales que retardan la combustión, además de protegerse del excesivo calor y el humo”, sostuvo el Dr. Ricardo Castro, docente de la UCM.
Daño en la agricultura
Para el experto en agroecología, una reducción importante de la superficie de bosques agravará la crisis hídrica actual, contribuyendo progresivamente a la disminución de las precipitaciones, “A esto se suma que la pérdida de biodiversidad y hábitat, podría desencadenar explosiones poblacionales de organismos considerados plagas, reduciendo la calidad y aceptabilidad internacional de los productos agrícolas, aumentando los costos de producción para el agricultor y generando contaminación debido al uso indiscriminado de plaguicidas”, puntualizó.
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