#MauleNews: La rinitis es la cuarta patología crónica en el mundo y afecta a personas de toda edad desde la infancia. De los niños diagnosticados, el 60% desarrollará asma durante su infancia o adultez. La kinesióloga Yenny Villaseca, docente de la carrera de Kinesiología UC, entrega recomendaciones básicas para reducir el impacto de la alergia respiratoria estacional en niños. Los principales alérgenos respiratorios, son los ácaros del polvo doméstico, el polen, los epitelios de los animales y el moho.
Una de cada 4 personas a nivel mundial sufre de alergias respiratorias, siendo considerado incluso un problema de salud pública. Santiago es una de las ciudades con mayor concentración de polen en primavera, lo que sumado a los altos niveles de contaminación, impactan negativamente en la salud, especialmente de niños y adultos predispuestos genéticamente a las alergias (atópicos).
La OMS ha considerado que la rinitis alérgica es la cuarta patología crónica a nivel mundial y sus síntomas son fácilmente reconocibles afectando característicamente: nariz, ojos y faringe. Yenny Villaseca, kinesióloga pediátrica y docente de la carrera de Kinesiología de la Universidad Católica, afirma que las alergias producidas por el polen o alergias estacionales, son responsables del 35-40% del total de los cuadros alérgicos.
Una alergia es una respuesta anormal y excesiva del sistema inmunitario frente a una sustancia que el cuerpo reconoce como extraña, y esta sustancia se conoce como alérgeno. El organismo se pone en contacto con éste y se produce una suerte de sensibilización donde no hay síntomas, pero en un segundo contacto, el individuo que está sensibilizado va a desencadenar esta reacción denominada “alergia”.
Las alergias respiratorias no suelen presentarse en recién nacidos, dado que el niño aún no está sensibilizado al alérgeno, por este motivo, tienden a aparecer generalmente después de los 6 meses de vida. Una vez expresada la alergia, produce inflamación en las mucosas de la nariz, ojos, garganta y bronquios, cuadro que se puede manifestar como rinitis y/o asma.
La rinitis es la alergia más común en la población, de hecho, se estima que en el mundo existen más de 600 millones de personas que la padecen. La rinitis consiste en una inflamación de la mucosa nasal caracterizada por congestión nasal, picazón en ojos, nariz y garganta, y estornudos frecuentes. . De los niños diagnosticados con rinitis, el 60% desarrollará asma durante su infancia o adultez. Si bien no constituye una enfermedad grave, Yenny Villaseca asegura que puede afectar mucho la calidad de vida, alterando la calidad del sueño, generando cansancio diurno, desconcentración y finalmente problemas de rendimiento físico, escolar o laboral en el caso de los adultos
La alergia también se puede manifestar como asma alérgica, siendo la enfermedad crónica más común en la niñez y la principal causa de ausentismo escolar. Consiste en una inflamación persistente de la vía aérea, causando disminución de su diámetro. De hecho, el 80% de los casos de asma tienen un origen alérgico y se caracteriza por episodios recurrentes de una respiración con silbido en el pecho, tos generalmente seca que se exacerba frente a la actividad física, dificultad para respirar y opresión en el pecho. A diferencia de la rinitis, el asma puede ser una enfermedad grave sin un tratamiento y control adecuado.
La especialista señala que los factores gatillantes de los síntomas, se atribuyen a una predisposición genética, donde influyen además factores ambientales. Por lo tanto, los hijos de padres alérgicos tienen mayor probabilidad de ser alérgicos. Los principales alérgenos respiratorios, son los ácaros del polvo doméstico, el polen, los epitelios de los animales y el moho; de ellos, los ácaros son responsables del 50% de las manifestaciones alérgicas, por lo tanto los síntomas se pueden producir durante todo el año, pero también suelen ser más frecuentes en las épocas más cálidas. Si bien los ácaros son invisibles a simple vista, están presentes en el polvo de la casa y especialmente en peluches y ropa de cama. Asimismo, existe alta prevalencia de alergia a los epitelios de mascotas, especialmente de gatos y en menor medida de perros, y orina de roedores como hamster.
El tratamiento, consiste en evitar el alérgeno responsable y usar fármacos que ayuden a controlar los síntomas. Generalmente se emplean antihistamínicos y corticoides recetados por el médico tratante. En casos específicos se utiliza la inmunoterapia, que es el tratamiento etiológico en el caso de que el alérgeno esté bien identificado.
• Evite peluches sobre cunas y camas. De haberlos, lávelos con frecuencia.
• Utilice frecuentemente aspiradora, con filtro HEPA de ser posible, para evitar suspender los ácaros durante el aspirado.
• Limite la presencia de mascotas dentro de la vivienda. De no ser posible, evite que estén sobre camas y sillones. Idealmente, báñelas cada 15 días y cepille a diario.
• Prefiera pisos lisos sin alfombras.
• Utilice purificadores de aire para disminuir los ácaros ambientales y la caspa de los animales.
• Durante los meses primaverales evite realizar actividad física en parques con plátano oriental, una de las especies más comunes y responsable de la mayor concentración de polen en la ciudad.
• En caso de trayectos en vehículo, mantenga ventanas cerradas.
• Mantener controles con broncopulmonar o en salas IRA, en donde en base a la guía clínica de asma bronquial moderada y grave para menores de 15 años, se establece que todo niño asmático debe controlarse cada 3 meses con kinesiólogo respiratorio.
• El kinesiólogo realiza un examen pulmonar que incluye evaluación de la función pulmonar con flujometría o espirometría, que evalúa el grado de obstrucción bronquial previo y posterior al uso del broncodilatador. Asimismo, aplica encuesta de calidad de vida y evalúa el control de la enfermedad en base a la presencia de síntomas diurnos, nocturnos y durante el ejercicio físico, la necesidad de inhaladores de rescate, consultas al servicio de urgencia y uso de antibióticos, junto con la evaluación constante de los factores de riesgo. La educación del paciente y familia constituye un pilar fundamental de la intervención kinesiológica.
• Informe a cuidadores, familiares y profesores sobre la condición de asmático del niño. Verifique que el paciente se realice los puff previo a la práctica de ejercicio, o en actividades recreativas al aire libre. Luego de la actividad, el niño debe lavarse la cara para eliminar el polen impregnado en el rostro e ingerir bastante agua para mantener la vía aérea hidratada y prevenir la obstrucción bronquial. El asma no es una contraindicación para realizar ejercicio, salvo que se encuentre en crisis.
• Recuerde que existen laboratorios de enfermedades respiratorias, donde se realizan exámenes para evaluar la función pulmonar, desde los 3 años se toman exámenes como espirometría, test de provocación con ejercicios, medición de la inflamación de la vía aérea, y evaluación de la calidad de sueño del niño.
• El uso del inhalador, siempre tiene que ser con un espaciador o aerocámara valvulada, para asegurar que el medicamento llegue a los bronquios. Agite siempre el inhalador antes de su aplicación, inhale lento y profundo manteniendo la respiración por 10 segundos, si requiere una segunda dosis espere al menos 30 segundos antes de repetir el procedimiento.
Una de cada 4 personas a nivel mundial sufre de alergias respiratorias, siendo considerado incluso un problema de salud pública. Santiago es una de las ciudades con mayor concentración de polen en primavera, lo que sumado a los altos niveles de contaminación, impactan negativamente en la salud, especialmente de niños y adultos predispuestos genéticamente a las alergias (atópicos).
La OMS ha considerado que la rinitis alérgica es la cuarta patología crónica a nivel mundial y sus síntomas son fácilmente reconocibles afectando característicamente: nariz, ojos y faringe. Yenny Villaseca, kinesióloga pediátrica y docente de la carrera de Kinesiología de la Universidad Católica, afirma que las alergias producidas por el polen o alergias estacionales, son responsables del 35-40% del total de los cuadros alérgicos.
Una alergia es una respuesta anormal y excesiva del sistema inmunitario frente a una sustancia que el cuerpo reconoce como extraña, y esta sustancia se conoce como alérgeno. El organismo se pone en contacto con éste y se produce una suerte de sensibilización donde no hay síntomas, pero en un segundo contacto, el individuo que está sensibilizado va a desencadenar esta reacción denominada “alergia”.
Las alergias respiratorias no suelen presentarse en recién nacidos, dado que el niño aún no está sensibilizado al alérgeno, por este motivo, tienden a aparecer generalmente después de los 6 meses de vida. Una vez expresada la alergia, produce inflamación en las mucosas de la nariz, ojos, garganta y bronquios, cuadro que se puede manifestar como rinitis y/o asma.
La rinitis es la alergia más común en la población, de hecho, se estima que en el mundo existen más de 600 millones de personas que la padecen. La rinitis consiste en una inflamación de la mucosa nasal caracterizada por congestión nasal, picazón en ojos, nariz y garganta, y estornudos frecuentes. . De los niños diagnosticados con rinitis, el 60% desarrollará asma durante su infancia o adultez. Si bien no constituye una enfermedad grave, Yenny Villaseca asegura que puede afectar mucho la calidad de vida, alterando la calidad del sueño, generando cansancio diurno, desconcentración y finalmente problemas de rendimiento físico, escolar o laboral en el caso de los adultos
La alergia también se puede manifestar como asma alérgica, siendo la enfermedad crónica más común en la niñez y la principal causa de ausentismo escolar. Consiste en una inflamación persistente de la vía aérea, causando disminución de su diámetro. De hecho, el 80% de los casos de asma tienen un origen alérgico y se caracteriza por episodios recurrentes de una respiración con silbido en el pecho, tos generalmente seca que se exacerba frente a la actividad física, dificultad para respirar y opresión en el pecho. A diferencia de la rinitis, el asma puede ser una enfermedad grave sin un tratamiento y control adecuado.
La especialista señala que los factores gatillantes de los síntomas, se atribuyen a una predisposición genética, donde influyen además factores ambientales. Por lo tanto, los hijos de padres alérgicos tienen mayor probabilidad de ser alérgicos. Los principales alérgenos respiratorios, son los ácaros del polvo doméstico, el polen, los epitelios de los animales y el moho; de ellos, los ácaros son responsables del 50% de las manifestaciones alérgicas, por lo tanto los síntomas se pueden producir durante todo el año, pero también suelen ser más frecuentes en las épocas más cálidas. Si bien los ácaros son invisibles a simple vista, están presentes en el polvo de la casa y especialmente en peluches y ropa de cama. Asimismo, existe alta prevalencia de alergia a los epitelios de mascotas, especialmente de gatos y en menor medida de perros, y orina de roedores como hamster.
El tratamiento, consiste en evitar el alérgeno responsable y usar fármacos que ayuden a controlar los síntomas. Generalmente se emplean antihistamínicos y corticoides recetados por el médico tratante. En casos específicos se utiliza la inmunoterapia, que es el tratamiento etiológico en el caso de que el alérgeno esté bien identificado.
RECOMENDACIONES GENERALES PARA PREVENIR ALERGIAS RESPIRATORIAS:
• Sacuda regularmente muebles con paños húmedos para evitar suspender polvo.• Evite peluches sobre cunas y camas. De haberlos, lávelos con frecuencia.
• Utilice frecuentemente aspiradora, con filtro HEPA de ser posible, para evitar suspender los ácaros durante el aspirado.
• Limite la presencia de mascotas dentro de la vivienda. De no ser posible, evite que estén sobre camas y sillones. Idealmente, báñelas cada 15 días y cepille a diario.
• Prefiera pisos lisos sin alfombras.
• Utilice purificadores de aire para disminuir los ácaros ambientales y la caspa de los animales.
• Durante los meses primaverales evite realizar actividad física en parques con plátano oriental, una de las especies más comunes y responsable de la mayor concentración de polen en la ciudad.
• En caso de trayectos en vehículo, mantenga ventanas cerradas.
En el caso de personas asmáticas sumado a lo anterior se recomienda:
• Mantener su tratamiento farmacológico y control a lo largo del año, aunque no existan síntomas. La suspensión de los medicamentos debe realizarse bajo supervisión, el abandono del tratamiento puede ocasionar crisis asmática severa especialmente durante la primavera.• Mantener controles con broncopulmonar o en salas IRA, en donde en base a la guía clínica de asma bronquial moderada y grave para menores de 15 años, se establece que todo niño asmático debe controlarse cada 3 meses con kinesiólogo respiratorio.
• El kinesiólogo realiza un examen pulmonar que incluye evaluación de la función pulmonar con flujometría o espirometría, que evalúa el grado de obstrucción bronquial previo y posterior al uso del broncodilatador. Asimismo, aplica encuesta de calidad de vida y evalúa el control de la enfermedad en base a la presencia de síntomas diurnos, nocturnos y durante el ejercicio físico, la necesidad de inhaladores de rescate, consultas al servicio de urgencia y uso de antibióticos, junto con la evaluación constante de los factores de riesgo. La educación del paciente y familia constituye un pilar fundamental de la intervención kinesiológica.
• Informe a cuidadores, familiares y profesores sobre la condición de asmático del niño. Verifique que el paciente se realice los puff previo a la práctica de ejercicio, o en actividades recreativas al aire libre. Luego de la actividad, el niño debe lavarse la cara para eliminar el polen impregnado en el rostro e ingerir bastante agua para mantener la vía aérea hidratada y prevenir la obstrucción bronquial. El asma no es una contraindicación para realizar ejercicio, salvo que se encuentre en crisis.
• Recuerde que existen laboratorios de enfermedades respiratorias, donde se realizan exámenes para evaluar la función pulmonar, desde los 3 años se toman exámenes como espirometría, test de provocación con ejercicios, medición de la inflamación de la vía aérea, y evaluación de la calidad de sueño del niño.
• El uso del inhalador, siempre tiene que ser con un espaciador o aerocámara valvulada, para asegurar que el medicamento llegue a los bronquios. Agite siempre el inhalador antes de su aplicación, inhale lento y profundo manteniendo la respiración por 10 segundos, si requiere una segunda dosis espere al menos 30 segundos antes de repetir el procedimiento.
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