Noticias Región del Maule: Durante este año, y pese a la crisis sanitaria por el Covid-19, más de 3.500 pequeños agricultores de diversas regiones del país se encuentran participando en el Programa de Alianzas Productivas de INDAP, mediante 87 convenios con 51 industrias y empresas asociativas campesinas, lo que les ha permitido contar con un poder comprador e ingresos estables.
Según Carlos Recondo, director nacional de INDAP, la comercialización siempre ha sido un desafío difícil de abordar con éxito por la Agricultura Familiar Campesina: “Los mercados son cambiantes y la crisis sanitaria ha sumado restricciones de movilidad, acceso y conectividad, lo que nos obliga a usar de mejor manera nuestros instrumentos para que los agricultores tengan certezas a la hora de vender sus productos”.
En ese sentido, sostiene que las Alianzas Productivas cumplen con este objetivo de encadenar a los usuarios del servicio con industrias y empresas campesinas, lo que les permite acceder a mercados de mayor valor, pero que también tienen más exigencias: buenas prácticas, inocuidad, calidad y oportunidad. “Para eso, contribuimos con asesoría e inversiones, principalmente en infraestructura y equipamiento”, afirma
Las regiones con más convenios hoy son Maule (42), con 1.464 productores beneficiados; Ñuble (11), con 526 agricultores participantes; Los Ríos (10), con 423 usuarios, y La Araucanía (7), con 366 participantes. Los principales rubros son berries (29%), principalmente frambuesa congelada para exportación; apícola (18%), miel; vitivinícola (11%), con vino para embotellado y a granel; lácteos (9%), carne bovina (6%) y otros (10%).
La Cooperativa Orgánica Malalwe, de la comuna de Teodoro Schmidt, en La Araucanía, se sumó a este programa en diciembre del año pasado. Integrada por agricultores mapuche de los sectores Llaguepulli, Yenehue y Malalwe, estableció una alianza con la empresa Ze Farms para venderle papa nativa de la variedad meñarqui (michuñe en Chiloé) morada para los snaks Tika Artesan Chips.
"Se trata de una papa con una aureola morada en su interior, alargada, un poco harinosa y que tiene características muy especiales: Debe ser sembrada temprano, tiene un período vegetativo largo y es propensa al tizón. Lo bueno es que tiene alto rendimiento”, cuenta Carlos Vargas, gerente de la cooperativa, quien añade que en lo que va del convenio ya han entregado 30 mil kilos del producto.
La gran ventaja de esta alianza, según Vargas, es la estabilidad de vender a un precio establecido. “Se respeta el acuerdo, hay tranquilidad para producir y eso es clave para que la gente esté contenta por el esfuerzo que hace”, afirma. Dice que debido a la pandemia quedó pendiente una siembra de betarragas para Ze Farms, además de proyectar la producción para lo que viene.
Esta cooperativa también produce ajo chilote, topinambur, harinas de sarraceno y trigo, porotos, lentejas, garbanzos, quinoa, avena, chalota, acelga y otras variedades de papas, y comercializa a en la Ecoferia de La Reina, en Santiago, y a una cartera de clientes en las regiones Metropolitana y de La Araucanía.
Según Martín Barros, jefe nacional de Mercado de INDAP, uno de los valores más grandes que tiene el Programa de Alianzas Productivas, y que se ha notado en un año complejo como éste, es que al existir un poder comprador encadenado con pequeños agricultores la comercialización no se corta. “Es una vinculación comercial virtuosa, pero se requiere compromiso y responsabilidad”, afirma.
Agrega que la institución busca que estas Alianzas Productivas sean vistas como una puerta de conexión al corazón del mundo rural, aquel que posee productos únicos y de gran valor, no solo del punto de vista monetario, sino de identidad nacional.
Según cifras del Departamento de Mercado dl servicio, 78% de los usuarios está satisfecho con el programa y 82,2 % ha establecido un vínculo permanente con la industria (ventas por dos años seguidos). El 52% participa en rubros con orientación exportadora, mientras que 48% abastece fuertemente la demanda interna. Aproximadamente 68,6% de la producción de estos agricultores se destina al poder comprador.
Algunas de las alianzas más emblemáticas son con Iansagro, en el rubro de la remolacha; Colun, Watts (Loncoleche) y Nestlé, en lácteos; Capel, San Pedro Concha y Toro, producción vitivinícola; Comfrut, Alifrut (Minuto Verde) y Frutícola Olmué, berries; Apicoop, con miel, y Agronuez Choapa, en frutales, entre otras.
Según Carlos Recondo, director nacional de INDAP, la comercialización siempre ha sido un desafío difícil de abordar con éxito por la Agricultura Familiar Campesina: “Los mercados son cambiantes y la crisis sanitaria ha sumado restricciones de movilidad, acceso y conectividad, lo que nos obliga a usar de mejor manera nuestros instrumentos para que los agricultores tengan certezas a la hora de vender sus productos”.
En ese sentido, sostiene que las Alianzas Productivas cumplen con este objetivo de encadenar a los usuarios del servicio con industrias y empresas campesinas, lo que les permite acceder a mercados de mayor valor, pero que también tienen más exigencias: buenas prácticas, inocuidad, calidad y oportunidad. “Para eso, contribuimos con asesoría e inversiones, principalmente en infraestructura y equipamiento”, afirma
Las regiones con más convenios hoy son Maule (42), con 1.464 productores beneficiados; Ñuble (11), con 526 agricultores participantes; Los Ríos (10), con 423 usuarios, y La Araucanía (7), con 366 participantes. Los principales rubros son berries (29%), principalmente frambuesa congelada para exportación; apícola (18%), miel; vitivinícola (11%), con vino para embotellado y a granel; lácteos (9%), carne bovina (6%) y otros (10%).
La Cooperativa Orgánica Malalwe, de la comuna de Teodoro Schmidt, en La Araucanía, se sumó a este programa en diciembre del año pasado. Integrada por agricultores mapuche de los sectores Llaguepulli, Yenehue y Malalwe, estableció una alianza con la empresa Ze Farms para venderle papa nativa de la variedad meñarqui (michuñe en Chiloé) morada para los snaks Tika Artesan Chips.
"Se trata de una papa con una aureola morada en su interior, alargada, un poco harinosa y que tiene características muy especiales: Debe ser sembrada temprano, tiene un período vegetativo largo y es propensa al tizón. Lo bueno es que tiene alto rendimiento”, cuenta Carlos Vargas, gerente de la cooperativa, quien añade que en lo que va del convenio ya han entregado 30 mil kilos del producto.
La gran ventaja de esta alianza, según Vargas, es la estabilidad de vender a un precio establecido. “Se respeta el acuerdo, hay tranquilidad para producir y eso es clave para que la gente esté contenta por el esfuerzo que hace”, afirma. Dice que debido a la pandemia quedó pendiente una siembra de betarragas para Ze Farms, además de proyectar la producción para lo que viene.
Esta cooperativa también produce ajo chilote, topinambur, harinas de sarraceno y trigo, porotos, lentejas, garbanzos, quinoa, avena, chalota, acelga y otras variedades de papas, y comercializa a en la Ecoferia de La Reina, en Santiago, y a una cartera de clientes en las regiones Metropolitana y de La Araucanía.
Según Martín Barros, jefe nacional de Mercado de INDAP, uno de los valores más grandes que tiene el Programa de Alianzas Productivas, y que se ha notado en un año complejo como éste, es que al existir un poder comprador encadenado con pequeños agricultores la comercialización no se corta. “Es una vinculación comercial virtuosa, pero se requiere compromiso y responsabilidad”, afirma.
Agrega que la institución busca que estas Alianzas Productivas sean vistas como una puerta de conexión al corazón del mundo rural, aquel que posee productos únicos y de gran valor, no solo del punto de vista monetario, sino de identidad nacional.
Según cifras del Departamento de Mercado dl servicio, 78% de los usuarios está satisfecho con el programa y 82,2 % ha establecido un vínculo permanente con la industria (ventas por dos años seguidos). El 52% participa en rubros con orientación exportadora, mientras que 48% abastece fuertemente la demanda interna. Aproximadamente 68,6% de la producción de estos agricultores se destina al poder comprador.
Algunas de las alianzas más emblemáticas son con Iansagro, en el rubro de la remolacha; Colun, Watts (Loncoleche) y Nestlé, en lácteos; Capel, San Pedro Concha y Toro, producción vitivinícola; Comfrut, Alifrut (Minuto Verde) y Frutícola Olmué, berries; Apicoop, con miel, y Agronuez Choapa, en frutales, entre otras.
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