Noticias Región del Maule: Los nutricionistas y docentes aconsejan abastecerse de forma inteligente, responsable y sustentable, prefiriendo alimentos no perecibles como legumbres, harina, leche en polvo; así como congelar preparaciones caseras en mayor cantidad y reducir las porciones individuales. En perecibles, proponen frutas y verduras menos maduras para prolongar su vida útil en refrigeración.
Solo la coordinación permanente entre productores, comerciantes, líderes empresariales y autoridades, evitarán alzas de precios y/o desabastecimiento de alimentos, contribuyendo a una eventual inseguridad alimentaria
Coronovirus es una pandemia que hoy está presente en 4 de los 5 continentes del mundo y tras ser testigos de la evolución en los distintos países, sabemos que conlleva restricción en el abastecimiento de alimentos y un periodo indefinido de confinamiento en el hogar para familias completas. Por esta razón, José Moya, Alejandra Parada, Mauricio Ríos y Cristian Hermosilla, académicos de la carrera de Nutrición y Dietética de la Pontificia Universidad Católica, entregaron algunas recomendaciones que permitan un aprovisionamiento y almacenamiento responsable y el cuidado de una dieta balanceada en casa.
A lo largo de la historia, la humanidad ha debido enfrentar diferentes pandemias, algunas de las cuales provocaron millones de muertes. Durante el siglo XX, específicamente en 1918, el mundo debió enfrentar la pandemia causada por la gripe española, la que se estima, causó 60 millones de muertes. Posteriormente, en los años 1957 – 1958 y después, en 1968, fuimos víctimas de la gripe asiática (influenza A ‘H2N2’) y de Hong Kong (influenza A ‘H3N3'), estimándose el número de muertes causadas por ambas, entre 1 y 4 millones de personas. Por último, el año 2009 ocurrió la pandemia de la llamada gripe porcina (influenza A ‘H1N1’), contagiando a cerca de 134 mil personas y con una letalidad menor al 1%. Esta vez fue el turno del COVID-19 o coronavirus, que ya implica medidas colectivas que inciden en el presupuesto y la alimentación familiar en el corto plazo.
Para José Moya, uno de los académicos y Magister en Salud Pública del Departamento de Ciencias de la Salud UC, mucho se ha estudiado acerca de las medidas que se implementaron para lograr disminuir el número de contagios y muertes, pero cabe preguntarse cómo logramos mantener la seguridad alimentaria en tiempos de pandemia. “Las pandemias pueden afectar los sistemas de transporte, fuerza laboral y sistemas de suministro; alterando el acceso, disponibilidad y utilización de los alimentos, especialmente en la población más vulnerable. Es fundamental mantener los suministros y canales de procesamiento y comercialización de éstos, gestionando una coordinación permanente entre productores, comerciantes, líderes empresariales y autoridades. De lo contrario, podría haber un aumento de precios y/o desabastecimiento de alimentos, contribuyendo a una eventual inseguridad alimentaria”.
Durante los periodos de pandemias, aumenta la probabilidad de desabastecimiento en supermercados, ya que se compra de forma desmedida, en grandes volúmenes de alimentos, de los cuáles, muchos no serán consumidos, aumentado su desperdicio. Los académicos aconsejaron evitar este problema planificando las compras e incorporar las siguientes acciones:
●Prefiere alimentos no perecibles como: legumbres, arroz, fideos, quinoa, harinas, mote, frutos secos (maní, nueces, almendras) y conservas enlatadas, en caso de ser necesario.
●Puedes comprar harina integral o blanca y elaborar en casa el pan, esto en la medida de tus posibilidades. Otra opción es tener pan pre-horneado o pre-cocido en tu refrigerador, si lo requieres, hoy en día este es almacenado con sistemas que permiten no congelarlo y sin el riesgo de fermentación puede durar hasta 90 días.
●No es necesario que compres grandes cantidades de carne, puede reemplazarla por legumbres, pescados en conserva o huevos. Al elaborar legumbres debes mezclarlas con algún cereal para mejorar su aporte de proteínas (arroz, fideos, quínoa, avena). Puedes elaborar y congelar de dos maneras: guisadas o como crema (licuada). Si vas a congelar esta preparación, una vez que la desees utilizar, debes descongelarlas por última vez.
●Puede utilizar leche en polvo (preferir aquellas semi o descremadas). Esta puede ser preparada con agua o puede ser usada en preparaciones para asegurar el consumo en niños principalmente.
●Para el caso de frutas y verduras, prefiere aquellas frutas menos maduras, esto te permitirá disponer de ellas en la medida que su proceso se complete en días posteriores. Para el caso de verduras puedes preferir aquellas como zapallo italiano, betarraga, zanahoria, repollo, brócoli, coliflor, para el caso del tomate prefiere aquellos que no se encuentren tan maduros si el consumo no lo realizarás de inmediato.
●Si compras verduras, debes lavarlas muy bien y luego cortar en trozos, para que pueda congelarlas, puedes disponer de ellas de 30 a 60 días.
En relación a la planificación alimentaria:
●Planifica las preparaciones de los alimentos para dos semanas.
●Consume los alimentos en raciones normales, no tamaños grandes.
●Intenta preparar una comida para dos días. Congela lo que no se vaya a consumir y así lo utilizas en otra ocasión para darle variedad al menú.
Ejemplo de platos de fondo para la semana, considerando tus tiempos y alimentos disponibles:
Solo la coordinación permanente entre productores, comerciantes, líderes empresariales y autoridades, evitarán alzas de precios y/o desabastecimiento de alimentos, contribuyendo a una eventual inseguridad alimentaria
Coronovirus es una pandemia que hoy está presente en 4 de los 5 continentes del mundo y tras ser testigos de la evolución en los distintos países, sabemos que conlleva restricción en el abastecimiento de alimentos y un periodo indefinido de confinamiento en el hogar para familias completas. Por esta razón, José Moya, Alejandra Parada, Mauricio Ríos y Cristian Hermosilla, académicos de la carrera de Nutrición y Dietética de la Pontificia Universidad Católica, entregaron algunas recomendaciones que permitan un aprovisionamiento y almacenamiento responsable y el cuidado de una dieta balanceada en casa.
A lo largo de la historia, la humanidad ha debido enfrentar diferentes pandemias, algunas de las cuales provocaron millones de muertes. Durante el siglo XX, específicamente en 1918, el mundo debió enfrentar la pandemia causada por la gripe española, la que se estima, causó 60 millones de muertes. Posteriormente, en los años 1957 – 1958 y después, en 1968, fuimos víctimas de la gripe asiática (influenza A ‘H2N2’) y de Hong Kong (influenza A ‘H3N3'), estimándose el número de muertes causadas por ambas, entre 1 y 4 millones de personas. Por último, el año 2009 ocurrió la pandemia de la llamada gripe porcina (influenza A ‘H1N1’), contagiando a cerca de 134 mil personas y con una letalidad menor al 1%. Esta vez fue el turno del COVID-19 o coronavirus, que ya implica medidas colectivas que inciden en el presupuesto y la alimentación familiar en el corto plazo.
Para José Moya, uno de los académicos y Magister en Salud Pública del Departamento de Ciencias de la Salud UC, mucho se ha estudiado acerca de las medidas que se implementaron para lograr disminuir el número de contagios y muertes, pero cabe preguntarse cómo logramos mantener la seguridad alimentaria en tiempos de pandemia. “Las pandemias pueden afectar los sistemas de transporte, fuerza laboral y sistemas de suministro; alterando el acceso, disponibilidad y utilización de los alimentos, especialmente en la población más vulnerable. Es fundamental mantener los suministros y canales de procesamiento y comercialización de éstos, gestionando una coordinación permanente entre productores, comerciantes, líderes empresariales y autoridades. De lo contrario, podría haber un aumento de precios y/o desabastecimiento de alimentos, contribuyendo a una eventual inseguridad alimentaria”.
Durante los periodos de pandemias, aumenta la probabilidad de desabastecimiento en supermercados, ya que se compra de forma desmedida, en grandes volúmenes de alimentos, de los cuáles, muchos no serán consumidos, aumentado su desperdicio. Los académicos aconsejaron evitar este problema planificando las compras e incorporar las siguientes acciones:
●Prefiere alimentos no perecibles como: legumbres, arroz, fideos, quinoa, harinas, mote, frutos secos (maní, nueces, almendras) y conservas enlatadas, en caso de ser necesario.
●Puedes comprar harina integral o blanca y elaborar en casa el pan, esto en la medida de tus posibilidades. Otra opción es tener pan pre-horneado o pre-cocido en tu refrigerador, si lo requieres, hoy en día este es almacenado con sistemas que permiten no congelarlo y sin el riesgo de fermentación puede durar hasta 90 días.
●No es necesario que compres grandes cantidades de carne, puede reemplazarla por legumbres, pescados en conserva o huevos. Al elaborar legumbres debes mezclarlas con algún cereal para mejorar su aporte de proteínas (arroz, fideos, quínoa, avena). Puedes elaborar y congelar de dos maneras: guisadas o como crema (licuada). Si vas a congelar esta preparación, una vez que la desees utilizar, debes descongelarlas por última vez.
●Puede utilizar leche en polvo (preferir aquellas semi o descremadas). Esta puede ser preparada con agua o puede ser usada en preparaciones para asegurar el consumo en niños principalmente.
●Para el caso de frutas y verduras, prefiere aquellas frutas menos maduras, esto te permitirá disponer de ellas en la medida que su proceso se complete en días posteriores. Para el caso de verduras puedes preferir aquellas como zapallo italiano, betarraga, zanahoria, repollo, brócoli, coliflor, para el caso del tomate prefiere aquellos que no se encuentren tan maduros si el consumo no lo realizarás de inmediato.
●Si compras verduras, debes lavarlas muy bien y luego cortar en trozos, para que pueda congelarlas, puedes disponer de ellas de 30 a 60 días.
En relación a la planificación alimentaria:
●Planifica las preparaciones de los alimentos para dos semanas.
●Consume los alimentos en raciones normales, no tamaños grandes.
●Intenta preparar una comida para dos días. Congela lo que no se vaya a consumir y así lo utilizas en otra ocasión para darle variedad al menú.
Ejemplo de platos de fondo para la semana, considerando tus tiempos y alimentos disponibles:
Tiempos de comidas
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Lunes
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Martes
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Miércoles
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Jueves
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Viernes
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Sábado
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Domingo
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Almuerzo
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Lentejas con arroz
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Tallarines con salsa
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Porotos con riendas
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Filetitos de pollo con tortilla de arroz
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Charquicán con huevo frito
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Porotos granados
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Ensalada de atún con quinoa
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Cena
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Charquicán de verduras
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Croquetas de atún con arroz
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Guiso de zapallo italiano con papas doradas
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Crema de Lentejas
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Pavo al horno con quinoa
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Fideos con salsa blanca
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Budín de zapallo italiano
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Recomendaciones
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Puede congelar ambas preparaciones
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Puede considerar arroz para dos días, refrigerar y usar en otra preparación
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Puede considerar ambas preparaciones para dos días e incorporarlo en la semana
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Puede disponer de las lentejas congeladas el día lunes
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Usar la preparación de charquicán congelada.
Puede considerar quínoa para dos días
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Usar los porotos congelados del día miércoles
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Este día podría disponer de lo que tiene congelado en días anteriores
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Consejos prácticos
●Congela el pan para que dure más tiempo
●Lee las indicaciones del fabricante que aparecen en el envase para almacenar los productos.
●Si queda comida preparada, refrigérala por no más de 3 a 4 días. Si la congelas su duración se extiende a 30 días, dependiendo de la preparación
●Asegura tu higiene y lavado de manos constante, además de la limpieza de superficies donde se elaboran los alimentos, ya que el coronavirus también puede transmitirse vía fecal – oral.
●Si presentas síntomas de resfrío común que curse con tos o estornudos, debe utilizar mascarilla a la hora de preparar los alimentos.
●Aquellas madres que están amamantando a sus hijos/as, pueden seguir haciéndolo, ya que no se ha demostrado que el coronavirus se transmita por leche materna. Pero es importante: el uso de mascarilla al momento de amamantar, si la madre está contagiada, ya que la transmisión es por gotitas de saliva.
● Recuerda que si te tocas la nariz, boca, oreja o algún elemento de tu cocina, debes lavártelas manos.
●Una adecuada planificación de tus compras de alimentos puede cubrir tus necesidades y la de tu familia, prolongando tu estadía en casa, evitando riesgos de contagio y alimentándose correctamente.
●Congela el pan para que dure más tiempo
●Lee las indicaciones del fabricante que aparecen en el envase para almacenar los productos.
●Si queda comida preparada, refrigérala por no más de 3 a 4 días. Si la congelas su duración se extiende a 30 días, dependiendo de la preparación
●Asegura tu higiene y lavado de manos constante, además de la limpieza de superficies donde se elaboran los alimentos, ya que el coronavirus también puede transmitirse vía fecal – oral.
●Si presentas síntomas de resfrío común que curse con tos o estornudos, debe utilizar mascarilla a la hora de preparar los alimentos.
●Aquellas madres que están amamantando a sus hijos/as, pueden seguir haciéndolo, ya que no se ha demostrado que el coronavirus se transmita por leche materna. Pero es importante: el uso de mascarilla al momento de amamantar, si la madre está contagiada, ya que la transmisión es por gotitas de saliva.
● Recuerda que si te tocas la nariz, boca, oreja o algún elemento de tu cocina, debes lavártelas manos.
●Una adecuada planificación de tus compras de alimentos puede cubrir tus necesidades y la de tu familia, prolongando tu estadía en casa, evitando riesgos de contagio y alimentándose correctamente.
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