Noticias Región del Maule: Dr. Rómulo Santelices, director del Centro de Desarrollo del Secano Interior UCM y Dr. Antonio Cabrera, investigador de la Universidad Católica del Maule.
El calentamiento global, también conocido como cambio climático, es el aumento observado, a escala de siglos, en la temperatura media del sistema climático de la Tierra y sus efectos relacionados. Varias investigaciones científicas muestran que el sistema climático se está calentando.
En Chile, el cambio climático global reduciría las precipitaciones y aumentaría la temperatura media, especialmente en las latitudes medias (desde Valparaíso a la Región del Biobío), durante las temporadas de verano y otoño. En el sur (regiones del Biobío a Los Lagos) las precipitaciones disminuirán hasta un 50% en verano. Los aumentos de temperatura serán una constante en todas las regiones.
En este contexto, se deben modificar las prácticas de manejo para adaptar los bosques al cambio climático con el objetivo de fomentar la capacidad inherente de adaptación de especies, sistemas y procesos, reducir el riesgo de ocurrencia de procesos ambientales y sociales que aumenten la vulnerabilidad de los sistemas forestales, la resistencia y la resiliencia de los sistemas forestales y asegurar la prestación de servicios ecosistémicos.
Una de las consecuencias del cambio climático es el gran riesgo de que se produzcan incendios forestales debido al aumento de la temperatura y a períodos prolongados de sequía. Esto se evidenció en la Región del Maule en el verano de 2017, donde un solo incendio consumió unas 180.000 hectáreas de sistemas agrícolas y forestales y en total se quemaron 279.000 ha en la región. Los incendios de Chile han dado forma al paisaje del país, pero hoy, como en muchas otras partes del mundo, el régimen de incendios, el patrón, la frecuencia y la intensidad han crecido a un ritmo alarmante. En 2017, muchos incendios fueron responsables de quemar más de 500.000 hectáreas, lo que lo convierte en el peor año de la historia reciente de Chile.
Las razones de este aumento parecen ser el incremento en la superficie plantada con especies altamente inflamables; además de la adopción de prácticas intensivas de manejo forestal que tienen como resultado la acumulación de una alta carga de combustible. Estas tendencias han dejado a muchas especies nativas en una situación precaria y a las empresas de plantaciones forestales bajo una considerable presión financiera.
En el Centro de Desarrollo para el Secano Interior de la Universidad Católica del Maule, estamos trabajando en conjunto con CONAF, con el director Regional del Maule Ing. Forestal Marcelo Mena y con la Ing. Forestal Mónica Ibarra, en dar soluciones a este grave problema. Con la presencia frecuente de incendios forestales, es deseable disponer de herramientas para hacer frente a las consecuencias de estos incendios, siendo su prevención un instrumento importante y crucial para el asunto. Las nuevas tecnologías tridimensionales como el Radar de Apertura Sintética (SAR) o la alta resolución espectral, como los sensores multiespectrales, permiten obtener información estratégica para la prevención y manejo de incendios a bajo costo y con alta frecuencia.
En el proyecto trabajado en forma conjunta entre el Centro del Secano de la UCM y la CONAF, se plantea que la combinación de Radar de Apertura Sintético e imágenes de satélite de alta resolución proporciona información estructural a través del Radar e información espectral a través de imágenes satelitales. Una vez que los datos obtenidos a través de cada uno de los sensores sean procesados, se obtendrán diferentes productos, como métricas referentes a la masa, modelos topográficos de muy alta precisión y resolución y la resolución espectral referente a la realidad forestal. A partir de estos datos se obtendrá una cartografía temática, que describirá los diferentes tipos de combustibles presentes tanto en bosques nativos como en plantaciones.
El resultado esperado es un modelo de combustible preciso y más económico que el convencional y que facilitará la gestión y prevención de incendios forestales. Además, habrá una serie de otros productos complementarios, tales como zonas de seguridad, ubicaciones de balsas, etc. Sin duda que esta herramienta ayudará a combatir de mejor forma los incendios forestales que, al día de hoy a mediados de enero de 2020 y faltando más de dos meses para el término de la temporada, el fuego ya ha consumido más de un 600% de la superficie quemada la temporada pasada. Por ello, la UCM a través del Centro del Secano pone a disposición su capital humano y experiencia para mitigar uno de los efectos más nocivos del cambio climático como son los incendios forestales, una realidad que lamentablemente no se puede revertir.
El calentamiento global, también conocido como cambio climático, es el aumento observado, a escala de siglos, en la temperatura media del sistema climático de la Tierra y sus efectos relacionados. Varias investigaciones científicas muestran que el sistema climático se está calentando.
En Chile, el cambio climático global reduciría las precipitaciones y aumentaría la temperatura media, especialmente en las latitudes medias (desde Valparaíso a la Región del Biobío), durante las temporadas de verano y otoño. En el sur (regiones del Biobío a Los Lagos) las precipitaciones disminuirán hasta un 50% en verano. Los aumentos de temperatura serán una constante en todas las regiones.
En este contexto, se deben modificar las prácticas de manejo para adaptar los bosques al cambio climático con el objetivo de fomentar la capacidad inherente de adaptación de especies, sistemas y procesos, reducir el riesgo de ocurrencia de procesos ambientales y sociales que aumenten la vulnerabilidad de los sistemas forestales, la resistencia y la resiliencia de los sistemas forestales y asegurar la prestación de servicios ecosistémicos.
Una de las consecuencias del cambio climático es el gran riesgo de que se produzcan incendios forestales debido al aumento de la temperatura y a períodos prolongados de sequía. Esto se evidenció en la Región del Maule en el verano de 2017, donde un solo incendio consumió unas 180.000 hectáreas de sistemas agrícolas y forestales y en total se quemaron 279.000 ha en la región. Los incendios de Chile han dado forma al paisaje del país, pero hoy, como en muchas otras partes del mundo, el régimen de incendios, el patrón, la frecuencia y la intensidad han crecido a un ritmo alarmante. En 2017, muchos incendios fueron responsables de quemar más de 500.000 hectáreas, lo que lo convierte en el peor año de la historia reciente de Chile.
Las razones de este aumento parecen ser el incremento en la superficie plantada con especies altamente inflamables; además de la adopción de prácticas intensivas de manejo forestal que tienen como resultado la acumulación de una alta carga de combustible. Estas tendencias han dejado a muchas especies nativas en una situación precaria y a las empresas de plantaciones forestales bajo una considerable presión financiera.
En el Centro de Desarrollo para el Secano Interior de la Universidad Católica del Maule, estamos trabajando en conjunto con CONAF, con el director Regional del Maule Ing. Forestal Marcelo Mena y con la Ing. Forestal Mónica Ibarra, en dar soluciones a este grave problema. Con la presencia frecuente de incendios forestales, es deseable disponer de herramientas para hacer frente a las consecuencias de estos incendios, siendo su prevención un instrumento importante y crucial para el asunto. Las nuevas tecnologías tridimensionales como el Radar de Apertura Sintética (SAR) o la alta resolución espectral, como los sensores multiespectrales, permiten obtener información estratégica para la prevención y manejo de incendios a bajo costo y con alta frecuencia.
En el proyecto trabajado en forma conjunta entre el Centro del Secano de la UCM y la CONAF, se plantea que la combinación de Radar de Apertura Sintético e imágenes de satélite de alta resolución proporciona información estructural a través del Radar e información espectral a través de imágenes satelitales. Una vez que los datos obtenidos a través de cada uno de los sensores sean procesados, se obtendrán diferentes productos, como métricas referentes a la masa, modelos topográficos de muy alta precisión y resolución y la resolución espectral referente a la realidad forestal. A partir de estos datos se obtendrá una cartografía temática, que describirá los diferentes tipos de combustibles presentes tanto en bosques nativos como en plantaciones.
El resultado esperado es un modelo de combustible preciso y más económico que el convencional y que facilitará la gestión y prevención de incendios forestales. Además, habrá una serie de otros productos complementarios, tales como zonas de seguridad, ubicaciones de balsas, etc. Sin duda que esta herramienta ayudará a combatir de mejor forma los incendios forestales que, al día de hoy a mediados de enero de 2020 y faltando más de dos meses para el término de la temporada, el fuego ya ha consumido más de un 600% de la superficie quemada la temporada pasada. Por ello, la UCM a través del Centro del Secano pone a disposición su capital humano y experiencia para mitigar uno de los efectos más nocivos del cambio climático como son los incendios forestales, una realidad que lamentablemente no se puede revertir.
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