#MauleNews: Desde las miradas del derecho y la economía se desarrolló el Conversatorio sobre el Proyecto de Ley que ha generado polémica en las últimas semanas.
Luego de varias protestas y acusaciones respecto a la precarización que genera el proyecto del Ley del Estatuto Laboral Juvenil, iniciativa aprobada por la Cámara de Diputados, los expertos aseguran que su implementación podría tener más desventajas que ventajas.
En un conversatorio organizado por el Centro de Estudios de Derecho del Trabajo y Seguridad Social (Centrass) de la Universidad de Talca (UTALCA) y su Facultad de Economía y Negocios, académicos de ambas unidades expusieron sus puntos de vistas frente a la iniciativa de ley.
Carlos Villalobos, doctor en Economía y académico de la UTALCA, explicó que el estatuto podría resultar contraproducente si lo que pretende es disminuir la informalidad y aumentar la empleabilidad en los jóvenes. “Lo que va a hacer es generar una serie de incentivos en el mercado laboral que pueden ser muy contraproducentes” esto porque “la informalidad no es un problema específico de los jóvenes si no del mercado laboral en su conjunto”.
Añadió que podría generar que la contratación de los estudiantes termine sustituyendo empleos permanentes, pues “segrega aún más el mercado laboral y lo que vamos a tener es un grupo de jóvenes a los que les va a costar aún más encontrar trabajo porque el empleador tiene la alternativa de que los estudiantes sean una posibilidad real de ser quienes trabajen”.
Para Villalobos, el proyecto solo atañe a un porcentaje menor y privilegiado, es decir, quienes estudian y trabajan a la vez, los cuales representan un 9%. Sin embargo, de acuerdo con Villalobos, no considera ni favorece al grupo del cual, a su juicio, urge hacerse cargo: aquellos que no estudian ni trabajan y que corresponden al 21% de la población entre 18 y 28 años.
Desde el derecho, el director del Centrass de la UTALCA, Rodrigo Palomo, planteó una mirada crítica al proyecto. Afirmó “su principal ventaja es económica en el sentido de que podría motivar a los empresarios a contratar a jóvenes que están estudiando en los criterios de edad definidos en la iniciativa” y agregó que “si es que puedo ver una ventaja, es que el proyecto que aprobó la Cámara de Diputados mejora varias dimensiones del proyecto original en el sentido de disminuir los márgenes de flexibilidad laboral”.
Según el académico quien es doctor en Derecho del Trabajo y la Seguridad Social, el primer problema del Estatuto es la regulación especial que significa. “Plantearse un contrato especial respecto a una categoría subjetiva de trabajo, es decir, los jóvenes entre 18 y 28 años que trabajan y estudian. Eso no había ocurrido nunca en Chile, siempre los contratos especiales estaban pensados en actividades económicas y no en sujetos en particular y eso es un riesgo importante porque, eventualmente, este proyecto puede ser impugnado por discriminación indirecta”, indicó.
“En la regulación, hay varios aspectos que me parecen críticos, los centrales están asociados a la jornada de trabajo donde se flexibiliza al máximo las normas que hoy existen en la materia. Primero, en la vía de permitir jornadas discontinuas al arbitrio del empleador y, segundo y lo que me parece más grave, es la posibilidad de exceptuarse del descanso dominical que podría existir en este tipo de contratos”, puntualizó Palomo.
Para el experto, no es necesario legislar el trabajo en los jóvenes estudiantes “primero por el impacto que tiene el trabajo juvenil en el caso chileno y, segundo, fundamentalmente porque hoy hay opciones para esa flexibilidad que el empresariado requiere, que es el contrato de trabajo a tiempo parcial, entonces no veo la necesidad de ponerse discutir estas materias”.
Luego de varias protestas y acusaciones respecto a la precarización que genera el proyecto del Ley del Estatuto Laboral Juvenil, iniciativa aprobada por la Cámara de Diputados, los expertos aseguran que su implementación podría tener más desventajas que ventajas.
En un conversatorio organizado por el Centro de Estudios de Derecho del Trabajo y Seguridad Social (Centrass) de la Universidad de Talca (UTALCA) y su Facultad de Economía y Negocios, académicos de ambas unidades expusieron sus puntos de vistas frente a la iniciativa de ley.
Carlos Villalobos, doctor en Economía y académico de la UTALCA, explicó que el estatuto podría resultar contraproducente si lo que pretende es disminuir la informalidad y aumentar la empleabilidad en los jóvenes. “Lo que va a hacer es generar una serie de incentivos en el mercado laboral que pueden ser muy contraproducentes” esto porque “la informalidad no es un problema específico de los jóvenes si no del mercado laboral en su conjunto”.
Añadió que podría generar que la contratación de los estudiantes termine sustituyendo empleos permanentes, pues “segrega aún más el mercado laboral y lo que vamos a tener es un grupo de jóvenes a los que les va a costar aún más encontrar trabajo porque el empleador tiene la alternativa de que los estudiantes sean una posibilidad real de ser quienes trabajen”.
Para Villalobos, el proyecto solo atañe a un porcentaje menor y privilegiado, es decir, quienes estudian y trabajan a la vez, los cuales representan un 9%. Sin embargo, de acuerdo con Villalobos, no considera ni favorece al grupo del cual, a su juicio, urge hacerse cargo: aquellos que no estudian ni trabajan y que corresponden al 21% de la población entre 18 y 28 años.
Desde el derecho, el director del Centrass de la UTALCA, Rodrigo Palomo, planteó una mirada crítica al proyecto. Afirmó “su principal ventaja es económica en el sentido de que podría motivar a los empresarios a contratar a jóvenes que están estudiando en los criterios de edad definidos en la iniciativa” y agregó que “si es que puedo ver una ventaja, es que el proyecto que aprobó la Cámara de Diputados mejora varias dimensiones del proyecto original en el sentido de disminuir los márgenes de flexibilidad laboral”.
Según el académico quien es doctor en Derecho del Trabajo y la Seguridad Social, el primer problema del Estatuto es la regulación especial que significa. “Plantearse un contrato especial respecto a una categoría subjetiva de trabajo, es decir, los jóvenes entre 18 y 28 años que trabajan y estudian. Eso no había ocurrido nunca en Chile, siempre los contratos especiales estaban pensados en actividades económicas y no en sujetos en particular y eso es un riesgo importante porque, eventualmente, este proyecto puede ser impugnado por discriminación indirecta”, indicó.
“En la regulación, hay varios aspectos que me parecen críticos, los centrales están asociados a la jornada de trabajo donde se flexibiliza al máximo las normas que hoy existen en la materia. Primero, en la vía de permitir jornadas discontinuas al arbitrio del empleador y, segundo y lo que me parece más grave, es la posibilidad de exceptuarse del descanso dominical que podría existir en este tipo de contratos”, puntualizó Palomo.
Para el experto, no es necesario legislar el trabajo en los jóvenes estudiantes “primero por el impacto que tiene el trabajo juvenil en el caso chileno y, segundo, fundamentalmente porque hoy hay opciones para esa flexibilidad que el empresariado requiere, que es el contrato de trabajo a tiempo parcial, entonces no veo la necesidad de ponerse discutir estas materias”.
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