#MauleNews: La planta seguirá funcionando solo hasta agosto, pese a la solicitud del Gobierno de aplazar el cierre a dos años.
Mediante un comunicado, la empresa señaló que la decisión se sustenta en "mejorar la eficiencia operacional del negocio azucarero de la compañía y la competitividad frente a las importaciones".
Los directivos se reunirán con los trabajadores poyoara ratificar ante ellos la decisión y entregar los detalles del cierre progresivo de la planta.
Serán 4.000 personas las que quedarán sin su fuente laboral, de las cuales casi 500 son empleos directos. Conocido es que Iansa es la única industria con Chimeneas del Maule Sur y su impacto está calculado en un tercio del PIB en la zona.
El silencio y tristeza se sintió fuerte entre los trabajadores, agricultores, transportistas y prestadores de servicios que se reunían en la planta con la esperanza de tener una respuesta positiva de los controladores ingleses. Además apuntaron sus críticas tanto a los controladores, como al gobierno del Presidente Piñera el cual ha bajado constantemente los aranceles de la importación de azucar.
Según señaló el ministro de Agricultura Antonio Walker los agricultores que tengan contrato vigente o lo suscriban para la temporada 2018-2019, recibirán por parte de Iansa el 50% del costo extra que significará trasladar la remolacha a la planta de San Carlos, la cuál está 104 kilómetros al sur de Linares.
Luego de confirmarse el cierre de la planta remolachera, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, manifestó este jueves que "ojalá no hubiera ocurrido"
El directorio aseguró que tomó esta determinación considerando los diversos factores que están afectando a la industria –entre los que se cuentan la baja sostenida en el precio internacional del azúcar y la importante reducción de la superficie de remolacha sembrada en el país-, además de la convicción de que "se trata de una medida muy difícil pero necesaria para seguir asegurando la sostenibilidad de Iansa en el largo plazo".
Junto con esto, la compañía señaló que "todos hemos sido testigos de la progresiva baja de hectáreas sembradas año a año, y conocemos de cerca la realidad del negocio azucarero. En el contexto actual, no es razonable seguir operando tres plantas”.
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